Estos retrasan el inicio del fraguado manteniendo por más tiempo su consistencia plástica. Se los suele utilizar en:
•Hormigonado a temperaturas elevadas; para evitar el fraguado anticipado por evaporación del agua de amasado.
•Cuando la distancia de transporte es considerable.
•Hormigonado de grandes volúmenes, o superficies extensas.
•Hormigón masivo; para la atenuación en la liberación de calor de hidratación.
Estos aditivos producen retracción, por tanto es conveniente hacer ensayos previos.
Determinados retardadores de fraguado pueden producir, generalmente, una disminución de las resistencias mecánicas iniciales (efecto secundario); sin embargo, las resistencias mecánicas aumentan frecuentemente, a mediano plazo, con respecto al hormigón de referencia (figura 4.3).
La aceleración o desaceleración del proceso de fraguado mediante aditivos o mediante cementos apropiados, además de afectar la hormigón a corto plazo, tiene efecto sobre la resistencia del hormigón a largo plazo. La aceleración inicial del proceso conduce a resistencias menores a largo plazo, pues el agua de curado tiene menor nivel de penetración por el endurecimiento del hormigón. En cambio la retardo inicial del proceso determina resistencias mayores a largo plazo, pues el curado se vuelve más eficiente.
FIGURA 4.3 Efecto de los retardadores y de los acelerantes en la resistencia
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