Las bombas helicoidales constituyen una modernización del llamado tornillo de Arquimedes. En los últimos años, su uso se ha intensificado principalmente en Europa. Su funcionamiento es al aire libre, y por tanto a presión atmosférica. La altura que se puede vencer, equivale al desnivel existente entre las extremidades del tornillo, colocado en su posición de funcionamiento.
La capacidad de bombeo, en términos de caudal, es definida de
modo general por el diámetro del tornillo y la velocidad de retención. La potencia
absorbida es calculada por la fórmula general utilizada en bombas centrifugas.
El rendimiento es relativamente bajo, debido principalmente a
fugas que se verifican el la separación existente entre la hélice y la canaleta
que la contiene.
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