-Antes de almacenar las armaduras se comprobará que están limpias, sin manchas de grasa, aceite, pintura, polvo, tierra o cualquier otra materia perjudicial para su buena conservación y posterior adherencia.
-Las armaduras deben almacenarse cuidadosamente clasificadas según sus tipos, clases y los lotes de que procedan.
-El estado de superficie de todos los aceros será siempre objeto de examen antes de su uso, especialmente después de un prolongado almacenamiento en obra o taller, con el fin de asegurarse de que no presentan alteraciones perjudiciales.
-Las barras de refuerzo deben manejarse y almacenarse de modo que no se doblen o deformen.
En la mayor parte de los casos, el almacenamiento al descubierto dará por resultado la oxidación de la barra.
En los últimos años, la conveniencia de la oxidación del refuerzo ha despertado cierto interés. Varios estudios de diferentes entidades han demostrado que una delgada película de oxido, en lugar de perjudicar la adherencia entre el acero y el hormigón, en realidad causan una mejora en las características de adherencia y no tiene efectos perjudiciales sobre esta. El Laboratorio de Hormigón del U.S. Bureau of Reclamation condujo una extensa serie de pruebas que llevaron a la conclusión de
que el manejo normal de las barras, era preparación suficiente incluso para el acero de refuerzo con gran cantidad de oxido y que la limpieza con chorro de arena, la limpieza con cepillo de alambre no dieron lugar a una mejor adherencia. Pero debe tenerse en cuenta que en los casos en que las barras de refuerzo tengan demasiado oxido, es posible que se haya reducido el área de la sección transversal lo suficiente como para que no sea adecuado usar esas barras. Esto se puede verificar al limpiar y pesar un trozo de barra para asegurarse de que satisfará a su valor de Diámetro Equivalente.
Excelente aportacion.seria bueno que especifiquen cuál es el %de humedad relativa permisible para almacenaje.
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